La creación de un héroe: dando vida a los protagonistas

En la esfera humana de Midgard los mortales conviven con los dioses, seres fantásticos y fuerzas elementales de la naturaleza. En este escenario nos fijamos en aquellos que por su fuerza y voluntad derrotan a las fuerzas y criaturas del caos, estos salvadores de los que hablamos son los héroes.

Fulvinter te hace encarnar de la forma más extraordinaria a los hijos de un dios en un viaje hacia lo heroico, un viaje que recuerda la vida de cualquier einherjer, aquellos guerreros muertos en batalla que habitan el Valhalla.

Estos niños, hijos de los dioses, se caracterizan por la magnitud de su cabeza, ya que para la guerra no solo se necesita fuerza, también cerebro, pero cuidado no perderla como el gigante mitológico Mímir, el guardián de las fuentes de la sabiduría.

En el pequeño cuerpo de nuestros niños anida una gran alma y como los ojos son el espejo del alma, los de estos son enormes. Algo distintivo en los dioses como Thor que se decía que tenía ojos rojos, fieros y relampagueantes tal como correspondía al dios del trueno y el rayo.

La fuerza no solo se encuentra en el músculo, también necesitamos buenas herramientas para poder luchar. Un yelmo con alas y relieves siempre viene genial, aunque nos quede un poco grande.

El yelmo alado es una opción original, pero no solo se puede quedar así, si se acompaña con un dragón le da un toque feroz, útil para cualquier adversidad. Además, en este caso es un símbolo del  gran enemigo dormido que acabará despertando después de un terrible invierno, como la serpiente de Midgard.

Nuestros héroes miran el peligro de frente, dispuestos a luchar, y que mejor representación que vistiendo con un dragón.

Aun poseyendo grandes virtudes y herramientas, nunca hay que dejar la estética por el camino, nuestros héroes saben esto, por ello lucen colores brillantes en su indumentaria, y no solo eso, abalorios con una artesanía propia de los enanos, los cuales tienen fama por sus conocimientos y su oro, por no hablar de sus tesoros a los dioses como Miollnir, el martillo de Thor, o el collar de Brisings perteneciente a la diosa Freyia (Freyja).

Por último, nos queda el acto más heroico que se puede esperar de nuestros guerreros, el valor ante su destino, saber reírse de su propia muerte y ser recordados durante largo tiempo.